No existen dos libros iguales. Cada libro es distinto del otro y abre nuevas posibilidades de diálogo entre padres e hijos.Los libros se eligen, se hojean, y se pueden leer muchas veces, hasta que se queden "archivados" en la memoria.Los libros no se caducan y no se descubren totalmente en una primera lectura. Se puede redescubrir un libro cada vez que lo abra. Se puede volver siempre al libro y notar un color, una palabra o un gesto, diferente.
miércoles, 23 de abril de 2008
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